
Hoy en día, cuando los costes de la atención sanitaria se disparan y el uso de medicamentos con receta aumenta, muchas personas recurren a una forma más sencilla y suave de curar sus cuerpos enfermos. Estas mismas personas saben que nuestros cuerpos tienen el poder de mejorar o incluso curarse a sí mismos de forma natural, dadas las circunstancias y el entorno adecuados, pero los métodos de curación natural complementan y apoyan las propias defensas naturales del cuerpo, y son un método alternativo a la medicina estándar.
Curación natural
El uso de la fitoterapia es, y siempre ha sido, una buena fuente de remedios para casi cualquier problema de salud o afección que suele tratarse mediante el uso de la medicina cotidiana. Al igual que hicieron nuestros antepasados y todos los que nos precedieron cuando tenían problemas de salud, la gente de todo el mundo vuelve a consultar el mundo de las plantas para encontrar curas probadas en el tiempo, remedios a base de hierbas que realmente han superado la prueba del tiempo.
Los expertos en curación natural se toman en serio su oficio y conocen las propiedades de cada planta. Saben cómo puede utilizarse cada hierba y para qué y en qué forma debe administrarse. Los verdaderos expertos pueden combinar dos o más hierbas para una terapia más compleja, aconsejar sobre la frecuencia de la dosis y sugerir conductas adicionales para facilitar los mejores resultados.
Los campos de toda la tierra se han dedicado a cultivar plantas curativas con fines sanitarios. Esta horticultura está muy especializada para asegurar la cosecha de un solo cultivo. Muchas son orgánicas. Algunas plantas que se cultivan tienen sus flores y hojas secas y se convierten en tés e infusiones. Estas sirven como una forma popular y fácil de ingerir hierbas. Otras se secan y se convierten en polvo. Este polvo se pone entonces en forma de cápsulas y se embotella.
Otros cultivos se convierten en aceites esenciales. Esta forma de hierba es quizá la más versátil, ya que se encuentra en forma de líquido concentrado. Pueden utilizarse de muchas maneras, aunque se usan menos internamente por ser tan potentes. Absorbidos por la piel, los aceites esenciales son muy eficaces para aliviar el dolor y el picor en zonas específicas del cuerpo. Algunos son antisépticos y antibacterianos. Utilizados en un aceite portador, como el de almendras, funcionan bien durante el masaje. Sus cualidades aromáticas y dulces son perfectas para ayudar a dormir y mejorar el estado de ánimo y, por supuesto, para ambientar.
Cualquiera que desee participar en esta forma histórica de medicina debería instruirse en el tema de la medicina de hierbas naturales. Hay cientos de libros y publicaciones periódicas disponibles y se pueden encontrar proveedores minoristas en toneladas de fuentes en la web y en tiendas locales especializadas.